sábado, 5 de julio de 2014

Las emociones y el éxito académico

Las emociones y el éxito académico no pueden pensarse por separado: está demostrado que la forma en la que se sienten los niños impacta directamente en su rendimiento escolar. Conoce qué es el aprendizaje social y emocional y por qué es bueno para tu hijo.
Por lo general se tiende a asociar al buen desarrollo académico de los niños con habilidades cognitivas ?innatas? que tienen que ver con su memoria, facilidad para fijar conceptos o capacidad de atención. Sin embargo, esta forma de entender el proceso de aprendizaje hizo que durante muchos años no se tuvieran en cuenta aspectos vinculados con sus relaciones sociales y emociones, que sin duda impactan en el rendimiento escolar.
Sucede que cómo se sienten los niños respecto al contenido que reciben, a sus pares o a algún otro factor de su entorno, tiene que ver con sus procesos de toma de decisiones, el nivel de distracción y la habilidad para resolver problemas en grupo. Si el pequeño está involucrando en sensaciones negativas, posiblemente su capacidad de aprendizaje sea menor, dado que encuentra reducida su habilidad para escuchar, entender o recordar lo que un profesor le está diciendo.

Teniendo en cuenta esto, en la década de 1990, algunos centros educativos comenzaron a poner la mirada en el aprendizaje social y emocional, entendiendo que la capacidad de comprender y manejar impulsos puede predecir el éxito académico aún mejor que el coeficiente intelectual. Para los especialistas dedicados al tema, estas habilidades y el buen rendimiento escolar no pueden pensarse por separado: la regulación de las emociones tiene estrecha vinculación con puntuaciones positivas en áreas como matemáticas y lengua.

De acuerdo CASEL, organización que trabaja con este criterio educativo, "el aprendizaje social y emocional es el proceso por el cual los niños y adultos adquieren conocimientos, actitudes y habilidades para: reconocer y manejar sus emociones, establecer y alcanzar determinadas metas, demostrar cuidado y preocupación por los demás, entablar y mantener relaciones positivas, tomar decisiones responsables y manejar con eficacia las situaciones interpersonales".

Quienes adhieren a este método trabajan a través de diferentes estrategias para conectar los ámbitos sociales y cognitivos de los niños: reuniones a primera hora de la mañana, clases de meditación, encuentros al aire libre, toma de decisiones grupales acerca de las reglas en el aula, y una organización física, circular y menos jerárquica son algunas de ellas. El objetivo global es lograr un aprendizaje más efectivo, alegre y estimulante.

C. Blasco