sábado, 5 de julio de 2014

El Pato en la Escuela

Cierta vez, los animales del bosque decidieron hacer algo para afrontar los problemas del mundo nuevo y organizaron una escuela. Adoptaron un currículo de actividades consistente en correr, trepar, nadar y volar y, para que fuera más fácil enseñarlo, todos los animales se inscribieron en todas las asignaturas.

El pato era estudiante sobresaliente en la asignatura natación. De hecho, superior a su maestro. Obtuvo un suficiente en vuelo, pero en carrera resultó deficiente. Como era de aprendizaje lento en carrera tuvo que quedarse en la escuela después de hora y abandonar la natación para practicar la carrera. Estas ejercitaciones continuaron hasta que sus pies membranosos se desgastaron, y entonces pasó a ser un alumno apenas mediano en natación. Pero la medianía se aceptaba en la escuela, de manera que a nadie le preocupó lo sucedido salvo, como es natural, al pato.

La liebre comenzó el curso como el alumno más destacado en carrera pero sufrió un colapso nervioso por exceso de trabajo en natación. La ardilla era sobresaliente en trepa, hasta que manifestó un síndrome de frustración en la clase de vuelo, donde su maestro le hacía comenzar desde el suelo, en vez de hacerlo desde la cima del árbol. Por último enfermó de calambres por exceso de esfuerzo, y entonces la calificaron con 6 en trepa y con 4 en carrera.

El águila era un alumno problema y recibió malas notas en conducta. En el curso de trepa superaba a todos los demás en el ejercicio de subir hasta la copa del árbol, pero se obstinaba en hacerlo a su manera.

Al terminar el año, un águila anormal, que podía nadar de forma sobre­saliente y también correr y trepar y volar un poco, obtuvo el promedio superior y la medalla al mejor alumno...

Esta fábula nos ayuda a reflexionar sobre la diversidad de alumnos y alumnas en una escuela que tiene en la homogeneización su camino y su meta. El niño tipo es el varón de raza blanca que habla el lenguaje hegemónico, que es payo, católico, sano, vidente..... En una palabra, normal. A él va dirigido el discurso y el es el propuesto como modelo para todos.
Se ha vivido la diferencia como una lacra, no como un valor. Se ha buscado la homogeneidad como una meta y, al mismo tiempo, como un camino. Los mismos contenidos para todos, las mismas explicaciones para todos, las mismas evaluaciones para todos, las mismas normas para todos.

Imaginemos que se dicta una orden que dice que se ha visto necesario que el profesorado haga ejercicio físico antes de empezar el trabajo. Hay muchos problemas cardiovasculares y las autoridades sanitarias, además de poner un cartelito en los paquetes de tabaco indicando el peligro de fumar, también han considerado oportuno instaurar en los centros escolares la figura del monitor de Educación Física y todas las mañanas el profesorado antes de incorporarse a sus aulas  tendrá que hacer como mínimo10 flexiones, 3 saltos de potro y 3 vueltas al instituto. Como la medida es buena para todo el profesorado, se ha considerado que sea obligatoria y quien no lo cumpla no podrá cobrar el complemento de destino.
Todos los días se sucede la misma historia. El profesor de EF termina el primero y le da tiempo a desayunar y llegar puntualmente a clase. La profesora de Historia, embarazada de 6 meses, se niega una y otra vez a hacer los ejercicios pero el monitor alega que el no ha puesto las normas y éstas no contempla nada sobre las embarazadas, menos mal que sólo le quedan tres meses para dar a luz y después ya cobrará el complemento. La profesora de Ciencias, nunca ha sido buena en Gimnasia y con sus 50 años ya cumplidos piensa que por mucha buena voluntad que ponga, ya no conseguirá llegar al suelo con las flexiones. Necesita el dinero del complemento, que dicho sea de paso, siempre ha cobrado hasta que ha llegado esta moda de la salud, pero ... no tiene ninguna esperanza de cobrarlo............

En fin ¿os parece justa esta situación? 
Esta en la misma situación el profesor de Educación Física de 25 años, atleta y la profesora de Ciencias o el de Latín, que le quedan 8 meses para jubilarse?
¿Cuando exigimos a nuestros alumnos lo mismo, estamos siendo justos? A un alumno de ESO, no se le pueden exigir mínimos de entrada y de salida. Algo obligatorio no puede tener mínimos.
Un alumno de ESO tiene que aprender tanto como pueda a partir de lo que sepa y nosotros tenemos la obligación de enseñarle todo lo que podamos a partir de lo que sabe. Es por tanto mucho más importante evaluar el proceso. En la historia de la gimnasia sería mucho más justo y entonces se convertiría en una buena medida que cada uno hiciera los ejercicios según sus posibilidades y si al principio de curso el profesor de latín estirando los brazos le llegan a la rodilla y al final del curso aunque no llega al suelo ha conseguido llegar a los tobillos, podríamos decir que su avance ha sido espectacular y podría sacar mejor nota que el profesor de Educación Física que no ha avanzado nada porque no pone ningún interés en ello.
Someter a una persona a un objetivo que no lo puede cumplir es injusto y no se puede hacer.
En un grupo heterogéneo hay una gran potenciabilidad de aprendizaje siempre que, consideremos que el aprendizaje es un acompañamiento en este aprender en el aula. Educar es ayudar a aprender.
Pero muchas veces oímos frases como. “mis alumnos no están motivados” “no quieren estudiar” “no sé que hacer para motivarlos”....
Si nuestros alumnos no quieren trabajar, tendremos que buscar un camino o un interés indirecto que permita realizar las tareas encomendadas.
Por ejemplo, si tienes hambre, te doy un bocadillo, pero si no tengo te puedo dar 1 € para que te lo compres. ¿El € quita el hambre?, no, pero es lo que va a hacer que me compre el bocadillo que es lo que me quita el hambre.
El ser humano tiene unas motivaciones o necesidades básicas que necesita tener cubiertas, éstas son : seguridad, amor, respeto, autoestima y reconocimiento
Si hacer una tarea al alumno le va a asegurar conseguir algunos de estos objetivos ¿creéis que no harán algo por conseguirlo?
A los alumnos les interesa que se les reconozca el trabajo bien hecho. En esto tiene la responsabilidad el profesor, pues el alumno siempre buscará satisfacer estas necesidades, muchas veces equivocadamente pues busca amor y respeto de sus compañeros (risas, complicidad... )
Cuando el alumno ve que su esfuerzo nunca va a ser reconocido ¿Para qué se va a esforzar? A veces podríamos darle estas respuestas:
        Te cuesta, pero yo te voy a ayudar
         Te respeto
         Lo hago porque me interesas, quiero lo mejor para ti

         Eres valioso por lo que eres, no por lo que haces