sábado, 5 de julio de 2014

El Paquete de Galletas

Una chica estaba esperando su vuelo en una sala de un gran aeropuerto. Como debía esperar un largo rato, decidió  comprar un libro y también un paquete con galletitas. Se sentó en la sala  para poder descansar y leer en paz. Con un asiento en medio, se ubicó un hombre que abrió una revista y empezó a leer. Entre ellos  quedaron las galletitas. Cuando ella tomó la primera, el hombre también tomó  una. Ella se sintió indignada, pero no dijo nada. Apenas pensó: "¡Qué  descarado; si yo fuera más dispuesta, hasta le daría un golpe para que  nunca más se olvide!".
Cada vez que ella tomaba una galletita, el hombre  también tomaba una. Aquello la indignaba tanto que no conseguía  concentrarse ni reaccionar. Cuando quedaba apenas una galletita, pensó: "¿qué  hará ahora este abusador?". Entonces, el hombre dividió la última  galletita y dejó una mitad para ella. ¡Ah! No !Aquello le pareció  demasiado! ¡Se puso a bufar de la rabia! Cerró su libro y sus cosas y  se dirigió al sector del embarque. Cuando se sentó en el interior del avión,  miró dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba su paquete de  galletitas, intacto, cerradito.¡Sintió tanta vergüenza!. Sólo entonces  percibió lo equivocada que estaba. ¡Había olvidado que sus galletitas estaban  guardadas dentro de su bolso!
El hombre había compartido las suyas sin  sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado. Y ya no había más  tiempo ni posibilidades para explicar o pedir disculpas. Pero sí para  razonar:
¿Cuántas veces en nuestra vida sacamos conclusiones cuando  debiéramos observar mejor?
¿Cuántas cosas no son exactamente como pensamos  acerca de las personas?
Y recordó que existen cuatro cosas en la vida  que no se recuperan:
Una piedra, después de haber sido lanzada;
Una  palabra, después de haber sido proferida;
Una oportunidad, después de haberla  perdido;
El tiempo, después de haber  pasado.

Fin.